Por que la pachorra nos puede (Parte 1)

Muchas películas, quizás demasiadas, empiezan por un sueño. Un sueño del que despiertan de muchas maneras; o con terror y sudando, o con alegría y cansancio. Este viaje tiene una de cada cosa; terror y alegría. No. Sudor y cansancio. Lo que habremos corrido durante este viaje, lo que habremos pasado y lo cansados que llegamos a nuestras casas. Pero no voy a empezar por el final, mejor por el principio.

Todo esto ocurre al rededor de hace una semana poco más. Una chica de locura indeterminada y de organismo complejo (cuando no le duele algo, quiere vomitar, y cuando no, se pone a retorcerse en el asiento), sueña con irse de puente con su familia. Pero ella no puede irse sola, necesita a alguien que le acompañe a todas sus locuras. Y entonces aparezco yo; el tonto de turno.
Tras comentarlo largo y tendido, finalmente planificamos un viaje que nos llevó días organizar; hacernos un piercing, comer nubes tostadas en la playa, bañarnos en pleno diciembre, investigar el hotel... pero nada de esto consigue cumplirse; y esque señores, el día en que sus padres decidieron no ir nevó por toda la península, diciendo adiós a las ilusiones, de las cuales más de uno pasó alguna noche sin poder dormir. 
Pero... ¡Atención! nuestras cabezas maquinan un nuevo plan... vamos, 5 días de puente ¿Y no hacer nada especial? ¡Si hombre! de eso nada. Miramos Renfe y AVE (mentira), y graciosos de nosotros, porque somos unos cachondos, cogimos un autobús de ida y vuelta, con vuelta abierta. JA. Abierta mis cojones. Pero eso lo explicaré luego. 

Amanece un nublado martes 7 de diciembre en la pequeña ciudad de Cuenca. No he dormido en toda la noche nervioso por el viaje, porque la que se avecinaba iba a ser MUY fuerte. No me encontraba muy bien; ni del estómago ni de la cabeza, pero eso no impidió nada. Recién despertado, duchado y desayunado, enfilo las escaleras de al lado de mi casa dirección panadería de Tevar. Tan feliz, me compro mi barra de pan, me subo, me preparo mi bocata de comida que había tenido que esconder de cierto monstruo que habita en mi casa, termino el bocadillo, lo envuelvo como puedo, y me termino de preparar la mochila.
Todo dispuesto, salgo de mi casa dirección 4 caminos. Allí nos encontraríamos a las 10, como marcaba el plan; la inocencia y la locura se juntaría con la lógica y los idiomas (cosa que no viene a cuento, pero por sacarme un piropo). 
Entonces, el tiempo se para y ahí aparecemos. Una mirada lo dice todo;
"La que nos espera...!!!"

Continuará...

1 comentarios:

Iticiii dijo...

Sigue siguee!!!!!!!!!!!!!
Eres la leche carlis!!!!!
mi gordiiiiiiiiiiii prefeee!!!!
bienvenido al mundo de los blogs!!!! :D
locura locura!!! muaks muaks!!!!

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